La justicia argentina en el gobierno presidido por José Mujica, pidió la presencia de Francisco Bustillo en carácter de imputado de varios presuntos delitos con el manejo de la importación de autos de alta gama cuando era embajador de Uruguay en la vecina orilla.

Los embajadores gozan de inmunidad diplomática, y por consiguiente quedó en manos del presidente Mujica el levantamiento de los fueros de Bustillo.

Y Mujica resolvió unilateralmente proteger a Bustillo y evitar que se presente ante la justicia argentina.

Por eso, cuando Lacalle Pou expulsó del Ministerio de Relaciones Exteriores a Ernesto Talvi, y a solicitud de su padre, llamó a Francisco Bustillo, lo primero que hizo Bustillo, fue ir a la chacra de Mujica a recibir la «bendición de su padrino».

¿Qué le debe Mujica a Bustillo?

Solo bastaría ver la cantidad de amigos de Mujica fueron acomodados en la embajada de Uruguay en la Argentina cuando Bustillo era su embajador.

Las deudas se pagan.

 

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