Termas de Almirón sigue tirando aguas residuales al arroyo Guayabos; del mismo curso toma la planta potabilizadora… 

Después de cinco años de obras el saneamiento de Termas de Almirón no se encuentra plenamente operativo y, en consecuencia, buena parte de las aguas residuales del complejo turístico son vertidas en el curso del arroyo Guayabos, sin ningún tratamiento previo.  La compleja situación despierta preocupación y rechazo en los vecinos de la zona de Guichón y, particularmente, en aquellos que desarrollan mayor sensibilidad respecto a los temas ambientales, caso del Colectivo “Por los Bienes Naturales”.

La Intendencia de Paysandú estableció un compromiso institucional para la construcción del saneamiento del complejo; en el período 2010-2015 se vendieron varios lotes, ahora convertidos en viviendas, que se ofrecen a los turistas en alquiler, con el objetivo de recaudar fondos para esa obra. Resultado de aquella acción ingresaron unos 600.000 dólares a la caja de la comuna. Es que el centro termal contaba con un muy precario sistema de desagote consistente en una sucesión de cámaras sépticas con desagote en aquel arroyo y que colapsaba frecuentemente. En 2016 se inauguró un hotel cuatro estrellas de unas 60 habitaciones sin que el Estado, ni a nivel departamental ni nacional, haya exigido a la empresa el procesamiento ambientalmente responsable de las aguas servidas.  Finalmente las autoridades habilitaron el desagote en aquel precario sistema, ya colapsado, al tiempo que gestaron un acuerdo con los dueños del hotel consistente en que éstos pondrían los materiales y la comuna ejecutaría las obras para construir el saneamiento.

En primera instancia se conectarían el hotel y los moteles públicos y posteriormente las viviendas del centro poblado que ahora tienen “pozos negros” atendidos por barométricas aportadas por el Municipio de Guichón y la Intendencia de Paysandú sin costos para los beneficiarios.

Era  de suponer que éstos aportes más el fondo que surgió de los remates asegurarían un rápido y eficiente desarrollo de la obra.

En el transcurso del quinquenio anterior, el ex intendente Caraballo y otros jerarcas de su gobierno publicaron sucesivas fechas de conclusión de los trabajos con la característica común que ninguno de los anuncios se cumplió.

Las primeras estimaciones indicaban que la obra sería inaugurada a finales de 2016 pero a comienzos del 2021 sigue inconclusa y sólo el hotel quedó conectado.

Desde la organización ecologista denuncian que “más que como saneamiento la obra actúa como un resumidero, hicieron un pozo y ahí se resume todo y sin tratamiento va directo al Guayabos, hay poco de avance respecto a la situación anterior”.  Lo que entienden como “resumidero” fue construido como pileta de decantación con un sistema operativo bastante precario que implica que las aguas negras filtren a través de un piso de piedras “lo que hace que lo más pesado quede ahí y las aguas sigan por un caño al arroyo”. La obra tiene un error grave, reconocido por las autoridades del gobierno anterior, y es que los encargados de la intervención determinaron la construcción de la pileta en una zona inundable, lo que relativiza su utilización. Cada vez que el Guayabos crece algunos centímetros vuelve a evidenciar el problema. Si bien la Intendencia reconoció la falencia no instrumentó soluciones y tampoco se conoció que haya aplicado algún tipo de sanción a los encargados de los trabajos que desconocieron las advertencias de los vecinos que conocen el lugar.

Hasta hace pocos meses el agua que se consumía en la ciudad de Guichón provenía del Guayabos hasta que por “la persistencia de altas concentraciones de algas”, que complejizaban el proceso de potabilización, OSE tomó la decisión de “habilitar nuevas perforaciones que permitirán disponer una fuente alternativa para abastecer la demanda de toda la población”, según informó la empresa en el comunicado 810 de noviembre 2019. Sin embargo, hasta el momento el suministro de Almirón sigue tomando del turbio arroyo Guayabos y la tarea de la potabilización “está cargo de la Intendencia cuando debería ser OSE la que se encargue de eso. Nosotros venimos reclamando esto desde hace años y la verdad que no entendemos porque no se atiende nuestro reclamo”, dijo Marcelo Fender, integrante del colectivo guichonense. La organización ha denunciado reiteradamente que además del impacto ambiental que se genera en el centro turístico, el arroyo recibe residuos de los químicos aplicados en plantaciones, caso de cultivos de soja y forestación.

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