¡INCREÍBLE QUE HAYA OCURRIDO!
Este episodio podría perfectamente estar en el libro de los records sin problemas.
El recluso Cristhian Martín desde su celda en el Penal de Libertad, con un celular, logró engañar a varios policías de varias comisarías. Como si fuera un fiscal, logró dar órdenes de allanamientos y detenciones en diferentes puntos de la ciudad de Montevideo e incluso a policías del interior del país. ¿De locos verdad?
Queda de manifiesto, que el sistema es ridículo, que no hay profesionalismo, no hay protocolos que impidan semejante vergonzoso episodio.
¿Qué garantías tienen los comisarios para saber que el que habla realmente es el fiscal de una causa?
Elementalmente y simplemente por sentido común, debe tener el número de teléfono del fiscal cada comisaría y chequear que efectivamente, si el número que se llama, es el que corresponde a ese fiscal.
Si esto está estipulado y no se hizo, estamos hablando de una falta total de profesionalismo por parte de la policía.
Lo cierto que Martín pudo pasar por un fiscal, dar órdenes concretas y lograr detenciones de personas, que fueron llevadas a una comisaría a disposición del fiscal que nunca existió.
Martín incluso, en forma preponte habló a un comisario, y le dijo que estaba detenido porque no lo hacía caso a la orden que le estaba impartiendo.
Detuvieron incluso a niños con su madre, que también fueron llevados a la comisaría.
CRISTHIAN MARTÍN, ES EL MISMO QUE DENUNCIÓ EN FISCALÍA DE RIVERA A MENDOZA, BONOMI Y SENDIC, ENTRE OTROS
Nosotros hemos tomado contacto con Cristhian hace unos tres meses, cuando realizó una denuncia en fiscalía de Rivera.
En El Bocón hemos dado información de la mencionada denuncia, que documentada fue recibida por la fiscal Stella Alciaturi y comenzó a investigar.
Con estos antecedentes de Martin, seguro que será difícil creer que la denuncia que realizó sea real, y se puede presumir que todo su testimonio, así como la documentación ha de ser absolutamente falsa. Igualmente, la fiscal sigue investigando y solicitando la información en las diferentes instituciones bancarias y financieras por donde Martín dijo pasó el dinero para pagar coimas por parte de una organización internacional a policías u políticos. Esto me hace acordar al cuento del pastor mentiroso, que una vez dijo la verdad, pero nadie le creyó por las tantas mentiras que anteriormente dijera.