En “Polémica en el Bar” Sergio Puglia mostró nuevamente lo insoportable que es.
Un sabelotodo que opina de todos los temas, sin tener el más mínimo conocimiento de nada.
Se cree una vedette, el centro de todas las miradas, un agrande encima que da más rabia que risa.
Un operador para el Partido Nacional, que sus intervenciones son simplemente partidarias.
Siempre acomodado, recibiendo mucha publicidad oficial y de todos los partidos.
Un chupamedias, que da vergüenza ajena escucharlo levantando centros a sus políticos preferidos y defendiendo a los que son atacados.
Da asco verlo a Puglia.
En cuanto a Julio Ríos, le dijo al Fiscal General Gómez, que estaba invitado al programa, lo que todos pensamos, que la justicia es para los pobres, mientras que los ricos pasan de largo por las fiscalías.
Y lo dijo de frente y con argumentos sólidos. Puglia se metió a defender a Gómez sin que nadie le pidiera que lo hiciera, solo para chupar las medias y quedar bien siempre con el poder.
Puglia odia a los pobres, él se siente un ser superior y además cree que porque tiene un programa de almuerzo, es fino y culto.
Puglia es un terraja vestido con ropa cara, y le viene bien el viejo dicho que dice…
“Por más que el mono se vista de seda, mono queda”.
Quizás para ese programa, que de Polémica en el Bar no tiene nada, y si su creador lo viera se muere de nuevo, Puglia sirve para vender publicidad y poder facturar, pero en cuanto al tema periodístico, es lamentable que ese truhan ser, esté allí desprestigiando a la familia Soffovich.