Estos últimos días analicé la salida de la política de Ernesto Talvi, desde los errores u horrores que cometió en campaña y luego como aliado multicolor. No hay mucho más para agregar. Se valora a su favor el hecho de que haya renunciado al subsidio que otros menos escrupulosos han reclamado. Aunque este gesto es aplaudido, no logra en lo más mínimo tapar el gran papelón político en el que se involucró, solo y sin culpas ajenas. Si no fuera porque puede y está en todo su derecho a renunciar, tendríamos que reclamarle unas cuantas cosas que dejó colgadas. 300.000 votos no es nada. Ahora, pregunten a esos 300.000 quién es el segundo en la lista al Senado, o cuáles son sus suplentes. Y quizás alguno con algo de conocimiento mediático dirá Adrián Peña y Ope Pasquet. Le recuerdo que ambos son representantes nacionales, no Senadores. El error sin dudas no es voluntario. Los Diputados trabajan muchas veces con más dedicación que los Senadores y es por eso que recordaremos más a Eduardo Lust que a la poeta Amanda Della Ventura (Vertiente Artiguista) o el Senador Amín Niffouri, que debió ser Diputado en esta legislatura, pero a raíz de que Álvaro Delgado pasó a la Secretaría de Presidencia asume en la cámara alta. Ahora con la renuncia de Ernesto Talvi la Senadora que ocupará su lugar es Ana Hunter, quien es a su vez candidata a la Intendencia de Durazno. Si consigue ganar la Intendencia, el sector “Ciudadanos” deberá hacer la solicitud de un suplente más a la Corte Electoral, ya que el resto de los suplentes ocupan cargos de Gobierno. Sin dudas que las listas sábanas no logran equilibrar las voluntades electorales y quienes ponemos el voto por un cabeza de lista, muchas veces regalamos participación en el Gobierno a personas que ni conocemos, ni habrían llegado con listas propias.
La interjección que me viene a la mente sería algo así: ¡qué relajo!
300.000 votaron a Talvi y ahora quizás si Ana Hunter sale Intendenta habrá que inventar otro Senador. ¿Ahora entienden por qué hay que ser responsables con el voto que los «Ciudadanos» (valga la redundancia) le prestan a los políticos?