¡DESDE PAYSANDÚ!

Cierre de centros termales en turismo: medida “contradictoria” y “ridícula”  que “desorienta” y condiciona el futuro de  emprendedores…

 “En coordinación con los intendentes de Salto y Paysandú, esto fue un requerimiento de los propios intendentes, se van a cerrar los complejos termales en estas vacaciones”, dijo el presidente Luis Lacalle en la conferencia de prensa de la noche del miércoles 23 de marzo en la que anunció algunas medidas “de prevención contra el COVID-19”. La decisión, comunicada a pocas horas del inicio de turismo, tomó por sorpresa a los operadores de los complejos afectados que aguardaban la semana con altísimos niveles de reserva y, consecuentemente, esperanzados en tener una oportunidad para generar algunos recursos que serían como una bocanada de oxígeno para mantener con vida sus emprendimientos. Horas antes de la comunicación presidencial, el Ministro de Turismo hizo declaraciones en las que celebró la movilidad que generarían esos días de asueto y la muy considerable demanda que registraría el agua termal. Para tranquilidad del Ejecutivo la muy evidente contradicción entre dos de sus integrantes pasó prácticamente inadvertida.

Vida

Igual de contradictorias resultan la afirmación de Lacalle de que el cierre “fue un requerimiento de los propios intendentes” con la aseveración sostenida a nivel local argumentando que la iniciativa surgió desde el ámbito nacional. La paternidad de la medida no está en disputa porque no la quieren asumir ni acá ni allá. Hay que reconocer que esa falta de claridad resultó útil a los gobernantes, tanto que los operadores turísticos no supieron con qué nombre hacer la factura.

EN SALTO, NO; EN PAYSANDÚ, A MEDIAS

Si es que existió esa coordinación entre los diferentes niveles de gobierno quizás no trascendió del acuerdo básico de cerrar los parques termales dado que hubo diferencias considerables en la aplicación de las restricciones.

Mientras el intendente de Salto, Andrés Lima, dispuso el cierre de toda la actividad termal, tanto pública como privada; el intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, resolvió la inactividad de “todo lo público vinculado a los centros termales”, habilitando la operativa de los alojamientos privados.

Por si quedaba alguna duda, la realidad se empecinó en mostrar a las autoridades que el principal atractivo de las termas es el agua termal y que con las piscinas vacías es muy difícil que los visitantes quieran llegar. Aun aquellos complejos que cuentan con piscinas internas, en las que se usa la misma agua termal que no se dispuso para las piscinas públicas, no lograron sostener sus reservas, las que cayeron dramáticamente tras la conferencia del presidente.

LA MANO DE REMO

 

El Hotel Salinas de Termas de Almirón fue la única excepción de actividad destacable en el departamento de Paysandú. Quizás pudo ayudó la muy llamativa promoción que hizo en su beneficio el subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio, en una nota publicada en Diario “El Observador”. El jerarca, a quien se reconoce el trabajo de negociación que terminó con la instalación del hotel en el periodo de la intendencia de Bertil Bentos (2010-2015),  recomendó explícitamente el complejo y, de paso, invitó a recorrer algunos kilómetros más (unos 170, la amplia mayoría un camino vecinal en mal estado) para llegar hasta el castillo de Morató, una “joya” cuya apertura al público también se atribuye.

Las manifestaciones del jerarca recibieron un amplio rechazo de los operadores turísticos sanduceros cuyos servicios omitió promocionar; o sea todos, salvo los dueños del Hotel Salinas.  Pero, al menos hasta el momento, en el ámbito político parece que no se la van a cobrar.

LA OPORTUNIDAD PARA “SEGUIR SOBREVIVIENDO”

“Inmediatamente a la conferencia la gente empezó a llamar para cancelar su reserva. La verdad que fue horrible, en poco rato vimos caer lo que tanto nos había costado hacer y por lo que tantas esperanzas teníamos”, dijo Patricia Dupont del Complejo “Vama Termal” de Termas de Guaviyú. Reconoció que lejos de esperar el cierre del destino se preparaban para trabajar intensamente: “de hecho, en nuestro caso, habíamos contratado a algunas muchachas de la zona para que nos den una mano; pero bueno, no podrá ser”, lamentó y evidenció el valor de la zafra para la generación de oportunidades de ocupación.

Dupont recordó que hace más de un año no pueden trabajar “en condiciones normales” y que durante varias semanas debieron cerrar el servicio. Ante ello, la semana de turismo pudo ser clave en la generación de ingresos “para poner al día muchas cosas y seguir sobreviviendo”. Lamentablemente, la generalidad de los  operadores terminó trabajando al costo, e incluso a pérdida, para atender a quienes mantuvieron su reserva y como un aporte para “cuidar el destino”.

“MEDIDAS CONTRADICTORIAS Y HASTA PARECEN RIDÍCULAS”

 

El panorama es desolador y desorientador”, graficó el presidente de la Sociedad Fomento de Termas de Guaviyú, Oldemar Tolosa, consultado al promediar la semana de turismo. “Sin dudas que las medidas que se toman son, a veces, contradictorias y hasta parecen ridículas”, enfatizó para informar que “no anda nadie, la gente no viene” a pesar de que los alojamientos privados y servicios comerciales “están abiertos”.

EL AGUA TERMAL “DIFÍCILMENTE” TRANSMITA EL VIRUS

Tolosa cuestionó la medida aplicada a los centros termales dado que “no tuvimos ningún caso de COVID en ninguna de las termas, ni las de Paysandú ni las de Salto” y lamentó que no se hayan considerado “los informes de los estudios de la Universidad de la República que dejaron en claro que es muy difícil que el virus se transmita por el agua termal; por ahí pasa lo contradictorio”.

Ante la posibilidad de que la medida tuviera como sentido desalentar la movilidad evitando el desplazamiento hacia las termas, Tolosa dijo que “si ese fue el sentido, es ridículo” dado que el número de visitantes estaría limitado por los aforos correspondientes y recordó, también para evidenciar lo contradictorio del asunto, que, en general, los destinos turísticos “están todos habilitados”.

“PARECE QUE TODO SEGUIRÁ ASÍ POR LO MENOS HASTA EL 12 DE ABRIL”     

 

En Termas de Almirón los alojamientos privados instalados junto al parque público y las casas destinadas al alquiler para turistas estuvieron vacías “y parece que todo seguirá así por lo menos hasta el 12 de abril cuando vuelvan a habilitar las piscinas”, dijo Leopoldo Rodríguez. “Yo solamente pude alojar durante cuatro noches a un matrimonio que tenía ganas de salir de la casa y se vinieron igual, pero fue lo único que tuve”, lamentó el empresario que además de ofrecer alojamientos opera un parador que surtió convenientemente y que tampoco funcionó. Leopoldo es ejemplo de muchos empresarios que invirtieron considerablemente preparando sus servicios para una semana que terminó siendo frustrante y generadora de nuevos problemas.