Espero no aburrirlos, ni generarles un entrevero. Pero, nobleza obliga debo salir al cruce de personas que sin escrúpulos usan su poder mediático para engañar y crear incertidumbre.
Trataré de desmitificar algunos argumentos que Sciuto ha vertido estos días en redes sociales. Que los PCR dan falsos positivos, que los test serológicos son mejores y que las vacunas no son efectivas. Pará no hacerlo extenso, por si no tiene idea que sin los CT, estos hacen referencia a los ciclos de ensayos necesarios para ampliar una muestra ARN hasta que ésta detecte el virus que se busca. A menor CT, mayor carga viral. Empecemos entonces.
El test PCR no da falso positivo. Solo detecta cargas virales bajas al corte 35 del CT. El argumento es que al corte 35 los positivos no infectan. Pero la pregunta del millón es: ¿cuántos test positivos llegan al corte 35? Si bien no hay respuesta y el mismo Sciuto lo reconoce, si sos sintomático el test PCR lo detecta mucho antes, entre 15 y 20. Por otro lado, si no tenes el virus, el test en el corte 35 no da positivo. Solo da, positivo si en el corte 35 existe (aunque muy poco).
De los test en CT 35 sólo el 3% infecta. Por lo que Sciuto y los conspiranoicos argumentan que los positivos deberían ser menos del 10%.
Pero la pregunta correcta no es cuántos test deberían ser correctos sino cuantos llegan al corte 35. La respuesta aunque no la tenemos, se puede deducir fácilmente: muy pocos.
¿Por qué? Bueno, primero hay que descartar los sintomáticos (que son la gran mayoría), entre ellos, los que ingresan a CTI y por supuesto los que mueren.
Todos esos tienen CT menores a 35 (ósea, los test detectaron el virus mucho antes del corte 35 porque su carga viral es grande). Después hay que hacer un análisis estadístico. Raro que un tipo que dice ser médico estadístico erre tanto acá.
Los test PCR no se hacen al azar. No van al medio del campo a buscar gente sana para hisopar. Se hacen dentro de las poblaciones con alta probabilidad de tener el virus.
Por ejemplo, si en tu familia hay un positivo, si venís del extranjero, si estás en un grupo heterogéneo que comparte otras burbujas (como los planteles de fútbol), etc. En esos casos la probabilidad de que un hisopado llegue a 35 y de falso es baja.
Si hay un infectado, las cargas virales serán altas o bajas, pero si sos positivo es porque sos positivo. La posibilidad estadística de ser positivo es mayor cuanto más contacto hayas tenido con otro positivo.
Ridículo sería pensar que en un grupo cerrado donde hay un sintomático positivo, el resto de positivos no lo tenga.
Por último, si tenes la improbable mala suerte de ser positivo y el PCR llegó a 35 (muy poca carga viral) aún podés estar dentro del 3% de los que si infectan. Sería una imprudencia no hacer cuarentena.
Sciuto habla también de hacer estudios serológicos que son más confiables (según él).
Pero las ‘pruebas moleculares’, entre ellas las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) permiten detectar el material genético del virus, por ejemplo, el SARS-CoV-2, con el fin de determinar si en ese momento la persona está infectada con ese virus.
En cambio en las “pruebas serológicas” si puede detectar la presencia de anticuerpos contra un virus dado, y calcular la cantidad de anticuerpos producidos tras la infección, lo que permite determinar si una persona estuvo infectada previamente con el virus. Las pruebas serológicas no se deben utilizar para diagnosticar la infección aguda por SARS-CoV-2, dado que los anticuerpos se desarrollan algunas semanas después de la infección.
Si tenés el virus hoy, aunque no tengas síntomas, podés ser transmisor y eso hace que el virus se pueda propagar mucho antes de que tu sistema inmune comience a desarrollar anticuerpos.
Las pruebas serológicas ayudan a determinar la magnitud de un brote o la amplitud de una infección en una población dada. Los estudios de seroprevalencia, ofrecen un panorama más completo de la manera en que esa población se ha infectado con el SARS-CoV-2, y permiten detectar casos desconocidos que no fueron identificados mediante vigilancia sistemática o activa.
Por lo tanto, son útiles en personas que ya se sabe que tienen o tuvieron el virus pero no en personas a las que nunca se les hizo un hisopado.
Por otro lado, no hay estudios que puedan asegurar con qué nivel de anticuerpos un asintomático no contagia, ni por cuanto tiempo es inmune.
Por lo que el sistema de pruebas serológicas son un complemento a los PCR pero nunca un sustituto.
Después está el dato objetivo de la cantidad de camas de CTI y por supuesto los muertos.
Sciuto argumenta que cuando un test PCR da positivo y no hay virus en la persona, eso es un falso positivo.
El problema es que si da positivo en el corte 35 (en algunos países lo llevan entre 37 al 40) el virus sí existe. Lo que sucede es que su carga viral es muy baja y puede no ser sintomático ni transmisor. Pero de ninguna manera un test PCR puede detectar lo que uno no tiene.
Otro punto discutible que según Sciuto hace dudar de las vacunas, es su tasa de efectividad. Otra vez inventa números diciendo que de un grupo de voluntarios, el 99.1% que se vacunaron no contrajeron el virus, mientras que el grupo de control al que se le inyectó un placebo también dio un 99.1% de efectividad contra el virus y eso no podría explicar el 95% de efectividad. En este punto habría que preguntarle de dónde saca esos números, pero para explicarlo de forma fácil, les diré que las pruebas de vacunas se hacen con enmascaramiento doble, lo que significa que ni los voluntarios del estudio ni los investigadores saben si una determinada persona ha recibido la vacuna o un placebo y esto es así para no contaminar la observación.
Por otro lado, en algunos laboratorios se realizan test serológicos para comprobar si la vacuna produjo anticuerpos, aunque esta práctica no es la más usada ni la mejor. Cuando la FDA de Estados Unidos aprueba una vacuna, esta ha pasado por estudios clínicos de observación. Y la efectividad se mide al detectar el porcentaje de personas inmunes que recibieron la vacuna y no contrajeron la enfermedad. El grupo de control sólo se usa para no contaminar la prueba con reacciones espontáneas de personas que creen tener la vacuna y no la recibieron.
A eso se le llama efecto placebo. Sciuto vuelve a confundir el uso del grupo de control con el porcentaje de inmunes después de ser vacunados en las pruebas de los laboratorios de fase 3.
Realmente llega al extremo del ridículo.