Entre 1983 y 1986 trabajé con un destacado y respetuoso Periodista que tenía una Agencia de Información, no de noticias, para que quede claro el concepto. El mismo fue mi profesor de Periodismo en el curso realizado en 1982 en el Ateneo de Montevideo a lo largo de un año. Claro, eran otros tiempos evidentemente. No había computadoras, celulares ni fax. Usábamos máquinas de escribir, teléfono de línea y correo físico. 

Las fotos eran en 35 milímetros, rollos en blanco y negro de hasta 36 exposiciones, rollos en color y rollos de slide (diapositivas) que eran los ideales para publicaciones en diarios o revistas.

Fue así que hice mis “primeras armas” como se dice en la jerga. Tuve mis primeros Carné de Prensa que te dan cierto apoyo y respaldo y te sentís un Periodista de verdad con algo que acredite que trabajas para un medio. Aún sigo teniendo cada año mi carné que autentica que soy y sigo siendo Periodista. Es un respaldo necesario porque soy socio de APU, Asociación de la Prensa Uruguaya, aporto como socio ahora dese mi calidad de Independiente. Pero más allá de eso, llevo el Periodismo en el Alma, en mi Corazón. Y con el Periodismo viviré hasta el final de mis días porque aún falta mucho por hacer, conocer, informar, disfrutar y viajar aún en tiempos difíciles de Pandemia.

Ya en mis primeros años en la Profesión y siendo muy joven, las experiencias que comencé a vivir fueron hermosas, tristes y enriquecedoras porque aprendes mucho de la vida misma, de la gente, del día a día, y empiezas a conocer tu interior como tal, los sentimientos también afloran con la tarea porque ante todo somos personas como cualquiera, que sufres y te alegras, ríes y lloras con los hechos.

En mi ciudad a la que Amo y extrañé mucho durante 24 años, comencé a transitar por un área difícil, vidriosa, peligrosa pero atrapante: la Crónica Policial o la llamada Crónica Roja que a lo largo de muchos años acaparó las portadas de los diarios con hechos sangrientos más que nada. Hoy todo cambió, hace tiempo.

Es verdad que Todos somos morbosos, si, no podemos negarlo. Nos gusta la sangre, ver, opinar, cuestionar y lo de siempre: la Crónica Roja vende.

Pero sucede también que los Periodistas no estamos preparados para lo imprevisto en materia policial que muchas veces es duro, muy duro y te lastima porque -como siempre digo – aprendes a vivir y sentir el dolor ajeno porque te compenetras con la situación, en la misma escena del hecho.

No creo que nadie sea indiferente ante el horror y el dolor cuando lo tienes frente a ti en “primer plano”.

Las primeras fotos por aquellos años me impactaron, estar frente a una víctima de homicidio ya sea de arma de fuego, arma blanca o un descuartizado en la pileta de la morgue judicial… la imagen, los olores y esa sensación que te hacía temblar el pulso ante la dantesca imagen frente a tus ojos…

Fue duro el comienzo, pero lo fue durante el trayecto.

Los años enviando material a un par de publicaciones argentinas que su amarillismo vendía y siempre les importó nuestra ciudad cuando de hechos trascendentes se trataba.

Luego fue la etapa en el diario El Día como Reportero Gráfico. Y reitero una afirmación que la diré siempre: fue el mejor trabajo que tuve. Y dejo de lado lo político para resaltar llegar a ser Reportero Gráfico de un diario. Es algo muy especial que solo quienes vivimos esa experiencia y aún nos identificamos con esa manera de trabajo profesional con el Fotoperiodismo sabemos lo que se siente estar en primera línea con la noticia, porque debes registrar ése momento que luego tú, lector, sabrás interpretar lo que se captó con la lente en esa instantánea que pasó a ser historia. Creo que dentro de la Profesión no debe existir Mayor sensación que esa y alegría por estar ahí.

Fueron años Felices en el diario, hice lo que siempre quise ser y honestamente puedo decir que me iba muy bien y tenía un gran futuro. Aprendí de Fotoperiodismo con mi Jefe y Amigo, Antonio “Coco” Caruso (fallecido) pero de quien llevo los mejores recuerdos y por sobre todo sus enseñanzas, su apoyo, su ánimo y energía hacia mi tarea y la el equipo. Te impulsaba a ser Mejor siempre, aun cuando la foto no estuviera correcta porque algo había pasado, pero siempre para adelante. Eso fue muy importante para desarrollar mejor la tarea cada día y bien que tuvo sus frutos con “premios”, reconocimientos y hasta la Corresponsalía el diario en Melo cuando fui a radicarme. La Dirección del diario me premió con ello para colaborar con quien estaba a cargo en ese momento. Luego fue en la segunda etapa cuando cerró y volvió abrir bajo el formato tabloide y la dirección del Contador Kneit.

Como Reportero Gráfico cubres de todo, lo bueno y lo malo, lo alegre y lo triste. Así como te envían a una embajada, ibas a tal cancha en la semana o al estadio los fines de semana o un viaje inesperado al exterior casi con lo puesto. Recuerdo una ida a Buenos Aires un fin de semana donde seguí de largo en mi turno y tuve que comprar lo necesario para una escapada de dos días. Y qué lindo es ese estilo de vida… Viajábamos en aquella época en los alíscafos que muchos hoy no tienen idea. Lo tomábamos en Colonia y de ahí el cruce por las aguas siempre revueltas del Río de La Plata. 

También tuve en ese tiempo mis experiencias policiales, hasta me robaron un lente del bolso en el Borro y Gracias al Padre Cacho pude recuperarlo sin problemas y sin represalias. 

Las escenas que documenté no todas siempre se publicaban por lo que significaban para el lector, pero sí estuvimos frente a ellas, frente al dolor y al horror muchas veces…

Participé de operativos con la policía, estuve entre balaceras y hasta un efectivo de la Republicana me apuntó con su arma y tuve que retirarme con mi cuerpo temblando mientras “daban palo” a integrantes del SAG (Sindicato de Artes Gráficas) en una represión en la UTU de Arroyo Seco en Avenida Agraciada.

También me llevaron detenido en un patrullero junto a dos delincuentes esposados, todo mal, solo por estar tomando fotos de una detención en la calle. Se confundían las cosas y a veces la autoridad se ejercía mal sobre nosotros. Pero no pasó a mayores, al llegar a Jefatura me liberaron enseguida y el Director de Hurtos y Rapiñas en aquel momento Comisario Boris Torres se encargó de la situación junto al Comisario Chiche Olivera.

También estuve frente a frente al asesino de un Policía en Gonzalo Ramírez y Jackson quien fue detenido en Rivera y cuando lo trajeron fui el único Reportero Gráfico que documentó su ingreso a Jefatura. Era un hombre corpulento y lo tuve a escasos centímetros para documentar su rostro cuya foto guardo aún. Sentí cierto temor a pesar que estaba esposado de frente pero a través de su cinturón.

Y así fueron pasando los años de esa experiencia… Hay mucho para contar por supuesto.

Luego, una experiencia inédita en el interior, la que llevó mucha negociación para comenzar una tarea que nunca se había hecho en una radio, transmitir desde el lugar mismo de los hechos y contar lo que sucedía.

El 2 de Abril de 199 daba mi primera noticia para radio La Voz de Melo desde barrio Hipódromo, un triste caso donde una mujer “parió” a su bebé y lo mató cuando nació. Guardó sus restos en una bolsa en su casa. Los vecinos denunciaron que algo no estaba bien y se allanó la finca con el resultado antes mencionado. De tarde estaba en el juzgado citado para declarar por mi información. No pasó más de un rezongo del Juez y luego la Abogada de Oficio.

Ahí comenzó un camino duro, costó mucho el cambio junto a la Policía y el Poder Judicial, también en la comunidad fue duro empezar a escuchar lo que sucedía día tras día…

Fuimos transitando por ese camino donde tuvimos muchos encontronazos pero conquistando el lugar que nos supimos ganar. Demandó mucho tiempo, enojos, cuestionamientos, críticas y denuncias judiciales (demandas) las que siempre fueron ganadas de nuestra parte por la Ley de Prensa. Uno aprendió a caminar por la cornisa sin caer. El hilo es muy fino y delicado. Viviendo y aprendiendo. Fueron tiempos de estudio, de leer muchos libros de Periodismo ante la imposibilidad de acceder a cursos los que posteriormente a través de APU (Asociación de la Prensa Uruguaya) fueron naciendo y enriqueciendo al interior muchas veces olvidado. Aunque muchos fueron en Montevideo y comenzamos a participar. La formación es clave siempre.

Fueron 24 años de mucha información de primera mano, en el lugar mismo del hecho, ya en una relación mejor y de acercamiento con la Policía y el Poder Judicial. Se logró entender, valorar y por sobre todo, respetar la tarea. Y así fue siempre. Y tuve grandes conquistas aunque fueran dolorosas, pero ahí estuvimos, siendo muchas veces un testigo más de un hecho donde lo que tenías frente a tus ojos te conmovía, te dolía y desarmaba pero debías estar firme y fuerte para informar. Más de una vez me quebré al aire y lo trataba de disimular pero a veces era imposible transmitir lo que había frente a vos. 

También me tocó llegar primero a muchas escenas de hechos donde prima lo humano antes que lo profesional, y siempre ayudaba aunque me llenara de sangre y de rostros doloridos o ya fallecidos… La impotencia que eso te deja no podés imaginarlo. Después llegaba a la radio desarmado aunque hubiese dado la primicia.

Aprendí algo de primeros auxilios en situaciones de trauma con el personal de UNEM, Emergencia Médica de Melo, junto a excelentes profesionales de la salud, tanto enfermeros como médicos, porque muchas los ayudé en situaciones difíciles y duras, había que asistir o salvar una vida. Luego la información.

En ese camino pasamos por diarios y semanarios locales hasta llegar a la televisión. Primero por cable y luego al canal de aire, Canal 12.

Muchas veces tuvimos que agarrar la cámara y filmar porque había ocasiones muy duras donde alguno de los camarógrafos no podía registrar lo que tenía frente a él… es comprensible.

Ser Cronista Policial en Melo me generó mucho estrés, pero la tarea me apasiona aún. Estuve en balaceras, allanamientos, persecuciones, incendios, escenas de homicidios, suicidios, accidentes fatales, hasta autopsias, y todo lo que puedas imaginar que haya ocurrido en ese tiempo, ahí estuve. Me tembló el pulso muchas veces a la hora de filmar el dolor porque lo sentí de verdad, me dejaba impotente pero hacía mi trabajo.

Mucha gente pensaba que era Policía por diferentes razones, pero supimos trabajar mancomunados y respetando la tarea de cada uno a lo largo de mucho tiempo con los diferentes comandos que pasaron. Obviamente no a todos les caíamos bien y no siempre teníamos el visto bueno para la tarea pero nos las ingeniábamos.

Cuando veo los diferentes informes televisivos de colegas que cubren la Crónica Policial, solo pienso que seguramente todo es diferente ahora pero que quizás no hayan pasado por todo lo que viví. Informar en primera línea supone muchas otras cosas. Quizás me equivoque.

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