Se cae de maduro, que la oposición, debería ante este cúmulo de pruebas y sospechas, pedir un juicio político al presidente Lacalle Pou.
Si no lo hace, ya estaríamos confirmando la sospecha que tenemos desde el inicio de este gobierno, que hay una especie de pacto de no agresión entre ambos.
Recordemos que Lacalle Pou prometió auditorías externas en todos los organismos públicos inmediatamente a asumir como presidente.
Que luego en una conferencia de prensa en Carmelo, el ministro Heber al ser consultado sobre esa promesa de campaña, dijo que “son muy caras las auditorías externas”.
Siempre hubo complacencia mutua entre el partido Nacional y el Frente Amplio, dejando de lado todo aquello prometido por ambos.
Dejaron pasar el escandaloso affaire de Gustavo Penadés, dejaron pasar el nuevo contrato con UPM2, dejaron pasar el contrato escandaloso por 60 años con la empresa de los contenedores del puerto.
Y ahora van a dejar pasar este escándalo del pasaporte de Sebastián Marset, porque están acordados, han hecho un pacto sin duda.
Heber se va por la puerta trasera, la peor gestión que se recuerde en mucho tiempo al frente del ministerio del Interior.
Nicolás Martinelli ingresa, que hace algunos días, un diputado de Cabildo Abierto, dijo conocer que tiene vínculos de amistad con un conocido narcotraficante, y será el nuevo ministro del interior.
Muchos acontecimientos han quedado bajo sospecha, como la esposa del ministro de Educación, la muerte de Larrañaga, el caso de Argimón con Cristino, con un dealer de Luis incluido. Él uso de el Guardián sin orden judicial, y hasta el caso de los dos senadores del Frente Amplio, que fueron investigados con pesquisas, por orden de…