La cantidad de contagiados y fallecidos en el Uruguay no amerita llamar pandemia al Covid 1Columnas.
Es toda una maniobra que nos ha recluido, nos ha obligado a estar con mucho miedo, sufrir el estrés y abandonar nuestra vida social.
Dejamos de ver a nuestros padres, hermanos e hijos, por mandato de un grupo de científicos que los hicieron héroes nacionales, y lo cierto es que estos doctores están firmemente relacionados con la industria farmacéutica.
Aquí los que nunca cerraron, los que no se quedaron en sus casas, los que hicieron plata a lo bobo, son las farmacias, los laboratorios, los médicos y todas las mutualistas.
En el Uruguay, ningún empleado de los laboratorios y de las farmacias fue a seguro de desempleo.
Nos metieron miedo, nos obligaron a recluirnos, con la excusa que era para no contagiarnos y que nos íbamos a morir, además de decirnos que tenían que ganar tiempo para poder tener todos los insumos sanitarios para atender a los que se enfermen.
Que las camas de CTI no iban a dar abasto y sin embargo la oportunidad que por esta enfermedad hubo más camas ocupadas fueron 11.
Pero los grandes cómplices de esta estrategia fueron los medios de comunicación de Montevideo, concretamente los tres canales privados que durante toda la pandemia han recibido cientos de miles de dólares de publicidad, y que le meten miedo a la gente dando en cada informativo como título del día, la cantidad de test realizados, de personas contagiadas, y de muertos.
Y así, batallando permanentemente, nos obligaron a asustarnos.
Pero la cantidad de muertos (con el respeto que se merece cada fallecido y su familia), ha sido insignificante.
Todo orquestado, un gran plan internacional que a Uruguay lo benefició mucho en muchos sentidos.
Los políticos del gobierno y la oposición aprovecharon muy bien esta circunstancia, pero ellos solo se descontaron dos meses el 20% de sus salarios, ese fue todo el “sacrificio” que hicieron.
El plan es que los informativos de televisión sigan día a día dando números de contagiados y fallecidos.
En lugar de “Nueva Normalidad”, habría que cambiarlo por “Responsabilidad individual” y que cada uno de nosotros se cuide y cuide a los demás.
La verdadera pandemia es la falta de empleo, el despilfarro de los dineros públicos, el altísimo costo del Estado, los acomodos, los privilegios y todo lo que rodea a un sistema político profesional que nos condena a una vida triste y deprimente.