Después de perder con Argentina como locales y ser goleados por Bolivia por 3 a 0, sin duda que sumado a la posición en la tabla de las eliminatorias, el entrenador celeste debería cumplir su promesa realizada en el Complejo Celeste que si no conquistaba puntos en estas dos fechas se alejaría de la selección.

Sin embargo, no solo no renuncia, sino que espera que lo cesen y poder cobrar el contrato completo como está estipulado.

Sin más trámite, los directivos de la asociación deberían tomar la determinación de cesarlo de su cargo.

Vida

Sin embargo, no creo que se animen a tomar esa medida con Tabárez, le tienen miedo, y no me sorprendería que le permitan culminar la eliminatoria.

Quedan cuatro fechas, y no está descartada la posibilidad de clasificar al mundial, pero para que eso ocurra, hay que dar un golpe de timón en la selección.

Y ese cambio no lo va a hacer Tabárez, va a morir con lo mismo de siempre.

El plantel está disminuido anímicamente, sin reacción, prácticamente quebrado en lo anímico y bajísimo en lo deportivo.

Es el fin de un ciclo, de un proceso, de excelentes resultados, de ver un equipo que no se amilana ante ningún equipo.

Ver al entrenador sentado en una silla al costado de la cancha, sin que se le mueva un músculo de la cara, entregado, una imagen que lo dice todo.

Queremos un entrenador que vibre, que grite, que empuje, que transmita a los jugadores en la cancha una fuerza anímica.

Tabárez es todo lo contrario, es la imagen de la derrota, de brazos caídos, sin rebeldía.

Un hombre anciano, con dificultades físicas que no le permiten ser como debe ser un entrenador, parece que prefiere irse por la puerta del fondo, y con el bolsillo repleto de dólares.

Tenemos los peores números de todo el proceso. No hacemos goles, nos golean, estamos en el lugar siete de la tabla.

¿Alguien puede creer que Tabárez y este plantel pueden revertir esta realidad?

Si bien faltan jugadores que no estuvieron en esta doble fecha, hay una realidad que rompe los ojos, el plantel está entregado.

A Tabárez le falta dignidad, quiere seguir dirigiendo, cuando todo un pueblo quiere que dé un paso al costado, que ponga su cargo a disposición.

Tabárez no tiene la culpa que Muslera se coma un gol que un golerito del Baby Fútbol no se lo come.

Ni que Nandez haya definido tan mal en una de las pocas oportunidades que se pudieron crear.

Pero a Tabárez hay que sustituirlo no por esta derrota ante Bolivia, es por mostrar que no puede, que está entregado, que está dando manotazos de ahogado, pero no tiene un plan, no sabe qué hacer.

Mandó a la cancha a dos juveniles de Peñarol, que están verdes, que son unos excelentes proyectos de grandes jugadores, y dejó a Suárez en el banco de suplentes.

¿Para qué llevó a Jonathan Rodríguez?

El único que juega en la altura en México hace tres temporadas.

Era de sentido común que debía haber tenido su oportunidad desde el inicio.

Lo de Muslera es reiterado, ya en dos mundiales y en tres copas América cometió este tipo de horrores.

Si bien es cierto que muchas veces nos salvó con sus atajadas, no da seguridad, siempre estamos esperando que se coma un gol.

Pero reitero y finalizó, no son los resultados que nos llevan a pedir que Tabárez se vaya, es darnos cuenta fácilmente, que no puede levantar al plantel, que no tiene planes, que repite lo mismo y se hace camino al andar.

Inventa a Nandez de lateral, espera para darse cuenta que Cáceres es el mejor lateral del fútbol uruguayo a que se termine la eliminatoria.

El verso del proceso quedó a la vista, los dirigentes deben sacarlo, y darle ya mismo a un nuevo técnico con agallas la oportunidad de armar otro plantel, con jugadores del medio local que del extranjero, y trabajar duramente en Montevideo para buscar el milagro.