Que al Fiscal de Corte Jorge Díaz, hay que destituirlo cuanto antes no es noticia. Primero y por sobre todo juicio de valor sobre su actuación, porque viene de una administración pasada y fallida en cuanto al manejo institucional de la fiscalía. Que el Presidente aún no lo ha hecho porque creo, en este tema no toma decisiones al grito de la tribuna, mucho menos al grito de Cabildo Abierto. Ni Lust ni Manini le van a decir que hacer, pero más temprano que tarde deberá hacerlo. El manejo surrealista con el que actuó en el caso Balcedo que durante 2 años ofreció al menos 3 acuerdos económicos para reducir la pena y evitar ir a prisión por contrabando, tráfico y lavado de activos habla por sí sólo de la desidia con la cual trabaja el Fiscal de Corte. El estado Uruguayo confiscará US$ 8 millones de dólares a cambio de condonarle poco más de US$ 2.6 millones de dólares y su libertad. Si pensamos que originalmente la pena estipulada fue de 11 años de prisión, parece bastante extraño que la Fiscalía entienda ahora que Balcedo ofrece US$ 8 millones, que no debe cumplir un solo día de cárcel.
Esta misma interrogante se planteó Alberto Sonsol en «Polémica en el Bar» y con su habitual estilo se la trasladó al Fiscal, que con su arrogancia característica lo trató de un «todólogo» ignorante y lo mandó a comentar fútbol. Según Díaz, si no sos abogado y no leíste el expediente no podés opinar. Y según Sonsol, si un tipo vive en un cerro, en una mansión, tiene autos de lujo, armas y cuentas bancarias abultadas, está requerido por Interpol y a pedido Argentino con una extradición pendiente hasta que cumpla condena en Uruguay, no hay que ser abogado para entender que de «carmelita descalza» no tiene un pelo. Quizás Alberto Sonsol no tenga un doctorado «Honoris Causa» en abogacía, pero es claro que no es necesario ser emérito en la materia para darse cuenta de que Balcedo como mínimo lavó dinero en nuestro país y si no tuviera una abultada cuenta bancaria, hoy estaría preso. Pero Sonsol es un «todólogo» y seguro ni sentido común le queda. Entonces para no remitirme a un “todólogo” ignorante, me voy a remitir Al Twitter de un entendido en el tema, Gustavo Zubia del 15 de octubre:
Matemáticas complicadas:
1. La acusación original contra Balcedo era de 11 años.
2. La ley habilita a disminuir 1/3 si se va por abreviado.
3. 11 menos 1/3 da 7 años y pico. La sentencia impuso 4 y pico
4. Para nuestro sistema de justicia 2 y 2 son 17 (la desgracia).
Ahora me gustaría que Díaz me explique cómo pasamos de 11 años a 0. Seguro que a mí me podrá correr con el poncho, pero al ex Fiscal Zubia seguro que no.
Como no lo hará, porque en su calidad de fiscal omnisciente y jefe de la mafia judicial, debo recordarle que el 7 de mayo de 2017 en tapa del diario “La República” se leía: “Fiscal Jorge Díaz, si solo los pobres van presos, es porque las leyes las hacen los ricos”.
Y yo agregaría y las usan a su antojo los fiscales, que hoy gracias al nuevo CCP, tienen más poder que los jueces.
En mi barrio si alguien me hablaba como le habló el Fiscal Jorge Díaz a Sonsol era una invitación a pelear afuera. Se podía leer en su rostro que Sonsol le estaba a punto de decir ¡Te voy a romper la cara, nabo! Pero como en el fondo es un poco más civilizado, se contuvo. Tanto fue el alboroto que tuvieron que ir a la pausa y luego de ella (posiblemente a pedido de la producción) Alberto le pidió disculpas.
Sin olvidar que Sonsol en muchos temas derrapa, es categórico donde no se puede ser y raya la misoginia y el desprecio a sus pares, en esta debo decir que lo banco a muerte.
Seguramente «doña maría» no entienda nada de Leyes, lavado de activos y otras yerbas jurídicas. Pero 2 + 2 es 4, acá y en la china. Y si le imputaron originalmente una pena de 11 años, no hay título académico que se lo explique. A menos que entendamos cómo funciona la justicia Uruguaya. Y nos dejemos de una vez de joder con aquello de que «creemos en la justicia» y con eso mandar un mensaje republicano. Se lo podrán creer un grupo de subnormales ciudadanos. Nosotros los «todólogos» ya nos está costando tragar éste sapo. O somos muy idiotas, o los dueños de la justicia muy vivos.
El caso Balcedo al final salió bastante bien. Uruguay se quedó con un vuelto. Y dio un mensaje muy preocupante, algo que ya sabíamos pero que tristemente hoy confirmamos: las cárceles están llenas de pobres.