Ariel Nahuelpan tiene toda la razón del mundo al reclamar tener más posibilidades de jugar en Peñarol.
Fue separado del plantel principal, debe entrenar con la tercera división por disposición del entrenador Larriera y del Director de Fútbol Pablo Bengoechea.
Seguramente el tono del jugador al reclamar por no ser tenido en cuenta no haya sido el adecuado, pero en el fondo a nuestro entender tiene toda la razón del mundo.
Para nosotros, jamás debió ser contratado, pero esto pasó en la gestión del presidente anterior Jorge Barrera.
Luego fue Saralegui que lo debió recibir y dejó claro que no estaba en sus planes.
Cuando ingresa Larriera, la nueva directiva y Ruglio, lo integran al plantel en igualdad de condiciones.
Recuerdo a Bengoechea decir que a todos los que tienen contrato les van a tratar de utilizar para el bien de Peñarol, algo lógico.
Volviendo al momento actual, debemos decir que Larriera no lo quiso nunca, no tiene el tipo de juego que el entrenador quiere para sus equipos.
Pero digamos las cosas como son, Nahuelpan se la bancó, entrenó, se unió el grupo, fue obediente, lo pusieron incluso en los descuentos de algún partido, menospreciando su trayectoria, que quieras o no, la tiene.
Se bancó todo, esperó su oportunidad, y en los últimos partidos se fue ganando la consideración de la hinchada y creímos del cuerpo técnico.
Contra Montevideo Wanderers fue titular y convirtió dos goles.
Muchos hinchas lo llegaron incluso a pedir de titular, para jugar junto a “El Canario” Álvarez Martínez, ya que éste es un muy buen jugador viniendo un poco más atrás.
Pero en el partido siguiente, ni siquiera lo puso un solo minuto, lo dejó en el banco.
¿No se va a calentar Nahuelpan?
Se calienta cualquiera, luego de aguantar, esperar sus oportunidades, y cuando entró, incluso ante Nacional lo hizo en forma satisfactoria, demostrando que además de ser un 9 de punta grandote que va al choque, con la pelota en los pies la jugaba bien.
Y después de lograr cierta estabilidad, lo vuelven a poner en el banco de suplentes y entran incluso jovencitos de tercera antes que él.
Creo que Bengochea y Larriera manejaron mal esta situación, que se le debió intentar rescindir su contrato y hablar claramente con el jugador y su representante.
Nahuelpan tiene un salario de 40.000 dólares por mes y hubo una entrega inicial, es un jugador caro para el fútbol uruguayo, reitero, no debió ser el elegido en contratar.
Pero en este caso, el jugador tiene toda la razón, el entrenador lo manoseó, le jugó sucio.