Se reúnen, pasan horas discutiendo, no llegan a ningún acuerdo y terminan votando por mayoría, muchas veces por la llamada “disciplina partidaria”.
Resulta que las carencias son notorias en todos los aspectos, pero mientras las violaciones de los derechos de los ciudadanos es notoria, pasan días enteros proyectando una ley que proteja a los animales, que no se les puede maltratar, abandonar, o no alimentar.
Pero hay miles de personas que no tienen para alimentarse, que viven en resguardos, que pasan todo el día vagando por las calles esperando que sea la hora de ser aceptados en uno de esos resguardos nocturnos.
Amo a mi perro, y no soportaría que fuera maltratado, pero más amo a mi hijo y a los hijos de mis compatriotas.
¿Nadie hace una ley que prohíba que niños estén mendigando en los semáforos?
Que sus padres sean responsables y que puedan ser sancionados judicialmente por no ser un padre responsable. ¿Qué ya son? ¿Y por qué no se aplica?
Vemos que mendigar es un negocio, que detrás de esos chiquitos que hacen malabarismo, está su madre sentada muchas veces a unos metros esperando que el inocente traiga las monedas con las cuales podrán comer diariamente.
Esto lo ven todos los legisladores, y sin embargo nadie hace nada al respecto.
Hay cientos de personas que viven en la calle, y miramos para otro lado.
La famosa señora de edad que vivió 10 años en la Plaza de la Bandera frente a la Terminal de Tres Cruces estuvo allí tan campante, hasta con una pileta nueva para lavar su ropa.
Sin embargo nadie legisla, nadie se preocupa al respecto, y se enfrascan en largas y monótonas reuniones tratando temas muchas veces insignificantes comparados con esto que estamos poniendo a consideración de nuestros lectores.
Los legisladores no se animan a atacar con nuevas leyes el gran problema de la inseguridad de la población.
Tienen miedo de hacer algo, que al pueblo le sea antipático y luego no puedan ser reelectos en sus bancas, por eso, prefieren mantenerse en silencio por cinco años.
Yo me pregunto.
¿Y si utilizamos cuarteles para cárceles?
¿Y si utilizamos 40 mil hombres que son militares, para patrullar permanentemente nuestras calles?
Seguro ponen el grito en el cielo, y los de izquierda, que aun sueñan con los milicos de verde, rechazarán la posibilidad, ya que no han podido superar los tiempos de guerrilla y dictadura.
Los de derecha, nos dirán que no, que ellos no se preparan para esa tarea, que están para defender nuestra soberanía en caso de ser atentada.
Mientras tanto tenemos al alcance de la mano a 40 mil hombres, ya uniformados, ya armados, ya con autos, camiones, ambulancias, camionetas, balas, y toda la infraestructura que se está echando a perder por no usarla.
Todo ya está ahí, está pago, no hay que hacer más que legislar, para autorizar a ponerlos a trabajar en serio y no seguir jugando a la guerra que nunca vendrá en nuestro país por suerte.
Sin embargo, pasan meses enteros discutiendo si le permitimos a un pequeño porcentaje de compatriotas que se puedan cambiar el sexo y el nombre.
Nos siguen ganando esta guerra los narcos, los delincuentes, los faloperos, los enfermos mentales, los asesinos, los violadores. Ellos nos ganan, nos hacen vivir indignamente, con miedos, atacados permanentemente y tenemos la solución al alcance de sus manos y no lo intentan.
Hay cuarteles que son cárceles, que podríamos seleccionar a los reclusos de mejor conducta y sacarlos del infierno en que están pasando su encierro, presumiblemente para reinsertarse a la sociedad luego de haber cometido un error.
Mientras tanto, todos los legisladores siguen haciendo grandes ganancias para sus bolsillos con todo tipo de atropello a la realidad en que vive la mayoría de los uruguayos.
Se pelean, se agarran a golpes, se insultan, y votan cualquier cosa porque la orden viene de arriba.
Siempre quise saber quién es el que está “arriba” y da la orden de votar tal o cual cosa.
Hay que legislar en el tema de violencia en el fútbol, hay que darles armas a los Jueces y Fiscales para poder combatir semejante flagelo, pero nadie hace nada, todo es inoperancia, y se la pasan discutiendo al santo botón entre ellos. No tengo dudas, que el cargo de legislador, debería ser como el del Presidente de la República, que no pueda ser reelecto.
Vas a ver como realmente cambia la cosa, al renovarse en cada período de gobierno las bancas o la mayoría.
Hay gente que desde la vuelta a la Democracia ha sido electo, y sigue tan campante sentado en su despacho.
Una vergüenza.