Por Mirtha Lencina.-
Ella hoy es una señora de 86 años, vive con su esposo y su hijo menor que ya es un hombre.
Un día, por cosas de la vida se casó y tuvo dos hijos.
Vivía feliz con su esposo y sus dos hijos, pero un día el destino hizo que tuvieran que seguir adelante con sus vidas sin la compañía de ese esposo y padre, ya que por cosas de la vida, un día se enfermó y partió al más allá. Esta madre salió adelante con sus hijos, sufrió la pérdida de su esposo, pero entendía que no podía entregarse a la vida, tenía que luchar por su vida y por la de esos dos hijos que se habían quedado sin el padre. Fueron tiempos duros donde el sufrimiento fue parte de las cosas de sus vidas.
Se había quedado sola con sus dos hijos, ya que ella no tenía mamá, ni papá. Por esas cosas del destino la vida no le dio hermanos, no tenía en quién apoyarse, o sea que la vida se le hizo algo más difícil.
Pasó los años y con el tiempo, por cosas de la vida conoció a un buen hombre del que se volvió a enamorar y nuevamente volvió a casarse y tuvo otro hijo. La felicidad volvió a ser parte de las cosas de su vida. Junto a este esposo crió a sus tres hijos varones, les dio estudio e hizo de ellos hombres de bien. Ella siempre trabajando en lo suyo, en su tambo, vendiendo pollos, huevos, y haciendo todo el trabajo necesario para vivir decorosamente.
Sus dos hijos mayores formaron sus propias familias y dejaron la casa donde pasaron su infancia y adolescencia, donde compartieron tantos hermosos momentos, que fueron parte de las cosas de la vida.
Hoy, Juana Silva Telechea con sus 86 años, y con algunas nanas que por cosas de la vida la acompañan, vive junto a su esposo y su hijo.
Aún tiene fuerza y voluntad para los quehaceres de su casa y atender a su clientela de siempre.
Cada mañana ella agradece a Dios por darle la oportunidad de vivir un día más, por estar de pie y valerse por sí misma.
Ha sido una mujer de trabajo, de esas que no le teme a nada, sabe lo que es la lucha del día a día.
Aún se siente con fuerzas, pero reconoce que a medida que el tiempo pasa, sus energías ya no son las mismas. Por lógica que la Juana de hoy ya no es la de hace algunos años.
Los años se sienten, y además, por cosas de la vida ha tenido algún problema de salud, y hoy por hoy tiene que tener ciertos cuidados que hace algún tiempo atrás no los tenía.
Esperemos que la vida le permita seguir disfrutando junto a su esposo, sus hijos y aquellos familiares y amigos que la rodean.
Gracias a nuestro querido Bocón, hemos tenido la posibilidad de conocerla y compartir con ella sus cosas de la vida.
Ojala esté lejos el día, en que le vaya a entregar el semanario y me den la desagradable noticia, que por cosas de la vida, Juana dejo de estar junto a nosotros, como nos ha pasado más de una vez con distintas personas que nos acompañan en esta lucha de la vida.
Entendemos que estas noticias desagradables siempre llegan porque son parte de las cosas de la vida, pero cuando llegan duele.
A ella le agradezco por acompañarnos, por estar junto a nosotros, y permitirnos que seamos parte de las cosas de la vida.