Era un joven como tantos, con sueños, con muchos proyectos para su futuro, con muchas ganas de vivir. Hoy con un trabajo, mañana con otro, no tenía pretensiones, iba atrás del peso, donde ganaba más, allí él iba. Desde muy joven, por cosas de la vida vivió solo, se crió con su madre y su hermano. Sus padres, por cosas de la vida se separaron cuando él tenía diez años. El 29 de Marzo estaría cumpliendo años, pero por cosas de la vida no pudo ser. Aún no había conseguido lo que realmente quería hacer, decía que todavía no había dado con lo suyo pero esperaba que le llegara el momento, tenía esperanzas en el mañana, pero por cosas de la vida, ese mañana nunca llegó.

Un día le surgió la posibilidad de embarcar en un barco pesquero, no era lo que quería para su futuro, pero decidió hacerlo mientras no conseguía otra cosa y así lo hizo una y otra vez más.

Con su madre se veían de vez en cuando, ya que no tenían una excelente relación, su papá vivía en el interior pero por cosas de la vida  se veían casi nada.

Vida

En el mes de junio se embarcó por cuarta vez, estaba animado porque ganaría una buena plata y ése fue por el único motivo por el cual lo hizo.

Era una noche de una fuerte tormenta, en el mar una oscuridad tremenda, el viento y la lluvia de aquella noche eran muy fuertes, él salió afuera del barco junto a otros compañeros, el barco se movía fuerte y en un descuido de un segundo, él se cayó al mar.

Sus compañeros trataban de rescatarlo del agua, oían sus gritos desgarradores, auxilio, saquéenme, sus compañeros desesperadamente hicieron el esfuerzo, pero por cosas de la vida no pudo ser. Entre la oscuridad y con la fuerza del mar de la tormenta que había, el intento quedó en la nada.

Todo sucedió en cuestión de segundos, ya no escuchaban sus gritos y no alcanzaron a verlo nuevamente para poder sacarlo del agua.

El mar lo había atrapado, él con su desesperación por ser rescatado y ver que sus compañeros no lograban salvarlo, gritando desesperadamente desapareció, amaneció y no había rastros de él.

La tripulación volvió a tierra con la desesperación de haberlo perdido, en tierra se  notificó a las autoridades de lo que había pasado y se le comunicó a su madre.

Aunque el cuerpo del muchacho no estaba, se sabía que no existía ninguna posibilidad de vida, ya que sus compañeros habían presenciado cuando el mar lo atrapó.

Pensar que estar en un barco pesquero no era lo que él quería, pero por cosas de la vida hacía casi dos meses que estaba sin trabajo y decidió embarcar hasta conseguir un nuevo trabajo. Por cosas de la vida él no tuvo otra oportunidad, no se podía imaginar que esa noche de junio sería una noche fatal, sería su última noche de vida.

Ése era su destino, todos sus sueños y sus proyectos de vida en esa cruel noche de junio dejaron de existir.

Sus familiares y amigos lo lloraron, les cuesta creer de la forma como dejó de existir, su madre se pregunta por qué tuvo que embarcarse, pero lo hizo porque ya era su destino.

Cuántas cosas pendientes le quedaron por hacer, lo más triste fue que se dio cuenta que el mar lo atrapaba y que sus fuerzas no le daban para poder escapar, sintió que se perdía y que ése era el final de su corta vida.

¡Cuánto terror hubo en sus últimos minutos de vida! Pobre muchacho morir de esa forma con tanta desesperación y dándose cuenta que por cosas de la vida se moría.

Y pensar que llevamos adelante nuestras vidas con tantos proyectos y cuántas veces nos prohibimos de hacer aquello que querríamos para nosotros y nos decimos “lo hago otro día”. No tenemos en cuenta que quizás ese otro día al que nos referimos, no lleguemos a vivirlo porque así son las cosas de la vida.

Pero sería imposible vivir sin pensar que no tendremos un mañana, porque nuestras vidas y nuestros proyectos del mañana, también son parte de las cosas de la vida.

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