Por cosas de la vida tuve la suerte, de que por diez años poder trabajar en la Mutualista La Española.

Mi tarea era administrativa, trabajo que realicé con mucho agrado.

Por cosas de la vida tratar con público es algo que me agrada.

Vida

Durante esos años hice todo lo que estuvo a mi alcance, para que mi desempeño fuera el adecuado. Fui una funcionaria que se puso la camiseta de la institución, pero siempre defendí al socio en todo sentido, muchas veces me salí del protocolo poniéndome en la situación del que se encontraba del otro lado del mostrador. 

Para mi forma de ser, pienso que si pagás un servicio y no recibís la atención que merecés, debes exigir que te la brinden. Me sentí más que a gusto atendiendo a las personas que allí llegaban, siempre buscándole una solución favorable, para facilitarle el trámite correspondiente.

Se entiende que en esos diez años de trabajo, alguna que otra vez me equivoque, en una de las tantas cosas que realizaba como administrativa, pero al final sola, o con ayuda de mis compañeros, o mis Jefas, lo solucionábamos de manera favorable siempre, para quien fuera.

Me esmeraba y con muchísima paciencia y delicadeza atendía a las personas de edad avanzada, porque entiendo que por cosas de la vida, a ellos se les hace más difícil entender ciertas cosas. 

Recuerdo que cuando comencé fue en Atención al Usuario, me costaba mucho en ese sector, porque es el lugar a donde llegan todas las quejas de los socios, digamos que cualquier sector cuando no pueden solucionarles algo, lo primero que dicen es “diríjase Atención al Usuario”.

Luego de dos años de estar en ese sector, bajo las órdenes del Sr. Guillermo Facello y Carlos Larrosa, personas que siempre me trataron con gran respeto y con los cuales trabajé muy a gusto, solicité traslado para la Policlínica de Solymar. Recuerdo las palabras de Facello cuando me dijo “no podemos perder una funcionaria como usted”.

Por cosas de la vida, al poco tiempo me encontraba trabajando en la Policlínica de Solymar. 

Luego, por cosas de la vida, cundo inauguraron la Clínica de Punta Gorda estuve un año trabajando ahí, lugar en el cual tengo muy buenos recuerdos de los compañeros con los cuales trabajé cómodamente. 

Pero, por cosas de la vida un día volví a Solymar, donde estuve hasta mi último día de trabajo. 

Ese último día no habría llegado aún sino fuera porque, por cosas de la vida la Gerenta de la Policlínica, la Sra. Cristina Becoña, ese día no se hubiese molestado conmigo. 

Lo poco que la traté, siempre fue con respeto como acostumbro hacerlo con todas las personas que trato, sin tener en cuenta edad, cargo, o nivel social, considero que debemos ser siempre respetuosos. Por cosas de la vida hay personas que se consideran más que otras por ocupar cargos, o por tener más plata en su bolsillo. Para mí somos todos iguales, lo único que algunos tenemos más educación que otros, o sabemos comportarnos correctamente, sin pisotear al otro y para eso no es necesario haber concurrido a colegios pagos, está en uno mismo ser educado. 

Mi último día de trabajo, fue por reclamar tener una silla cómoda para trabajar, ya que por años mi silla de trabajo estaba rota y me resultaba tremendamente incómoda. Pero por cosas de la vida decidí pedir una silla y decir que si trabajábamos en la salud, deberían empezar por cuidar a los funcionarios. Lamentablemente por dejar a la Gerenta en evidencia que no se preocupaba por los funcionarios para que trabajaran en una silla cómodamente, hizo que ese fuera mi último día de trabajo.

Hoy por cosas de la vida siento gran nostalgia por ese lugar, hubiese querido seguir realizando el trabajo, pero no pudo ser.

Añoro a mis compañeros, con los cuales compartíamos siete horas diarias y estábamos al tanto de nuestras cosas de la vida

Mis Jefas Rosalía Moure y Mónica Peluffo, siempre me brindaron respeto, cariño y vuestra amistad, cosa que se los agradeceré por siempre.

Por cosas de la vida en ese lugar me sentí muy querida  por quienes me rodeaban y no tengo más que agradecimientos hacia ellos, los recordaré como lo que fueron en su momento, parte de unas de las más lindas cosas de mi vida.