Cantaba «Luismi» allá por 1991. Hoy a casi 30 años del álbum «Romance» que grabara el Sol de México, medio Uruguay y hasta me atrevo a decir un poco más, se la cantamos a la Olimareña que se agarró el «covicho» (diría Darwin). Y no es por ganas de engolar la voz con el romancero, sino porque otra vez la falta de sentido común, nos ha puesto en problemas. Veníamos bien y aún tenemos buenos números. Pero vaya uno a saber por qué, un viaje al Chuy generó un nuevo caso de Coronavirus, cuando expresamente se ha dicho hasta el cansancio que las fronteras secas son las fronteras porosas que no se pueden controlar. Donde las políticas sanitarias de nuestros vecinos norteños no logran parar la pandemia. 

Entonces, ¿era necesario viajar al Chuy a riesgo de contagiarse y contagiar? 

¿Será que a falta de la fiesta del Olimar 2020 los Olimareños buscan otros métodos paliativos al aburrimiento? Yo me hago otras preguntas, pues estas no se pueden contestar sin rozar el insulto. 

Vida

Lo que sí podemos decir después de analizar lo sucedido, es que el uruguayo no es tan solidario como creemos. Ni tan inteligente, ni ejemplo en el mundo. Ni siquiera todo lo responsable que solemos imaginar. Y por sobre todo, lo que creemos es que la estupidez no tiene escala social. Antes fue Carmela con su brote personal del “covicho” y ahora le llegó el turno a una trabajadora de la salud, nada más y nada menos. Sin olvidar la fiesta Umbanda que se cobró un brote en Rivera, o las fiestas privadas en Maldonado donde los imbéciles se multiplican de a 200. Entiendo que hay que juntarse cada tanto y hacer un poco de lobby, pero el sentido común dice que si juntas 200 cuasi desconocidos seguro hay más chance de pegarte el bicho que si haces un asado entre 15 amigos. Y ni te digo si te vas de Freeshop a la frontera. 

No hay dudas que no somos una colectividad inteligente y que de solidarios tenemos lo blanco del ojo. Y que aquello de «la letra con sangre entra» quizás sea momento de aplicarlo. Nadie elije contagiarse, pero de seguro necesitamos controlar los viajes interdepartamentales. No hay dudas que hemos retrocedido varios casilleros. Al que debemos volver urgente es al control en las carreteras. De otra forma nos alcanzará el verano y estaremos obligados que perder la zafra.