Muchas veces he criticado duramente a Cristian “Cebolla” Rodríguez. Que está gordo, que se lesiona, que no entrena, que se pasa andando a caballo.
Pero, entra a la cancha y da todo, deja todo en la cancha, es hincha de Peñarol y lo más importante, juega como un hincha.
No quiere perder, entrega todo lo que puede, pero además, los rivales lo respetan.
Su presencia en la cancha es un plus para sus compañeros y respeto para sus rivales.
Entró a la cancha y cambió todo, no perdió una sola pelota, las pidió siempre, casi convierte en un disparo que salió rozando el palo izquierdo de Mejía.
A mí me emocionó verlo en la cancha, parecía un gurí de 20 que quería meter al rival contra su arco.
Hay algunos compañeros del capitán que no meten nada, que son muy fríos, como el caso de Piquerez, que tiene una técnica muy importante, pero se muestra apático.
Aquello que hay jugadores para los clásicos es una gran verdad, a mí me hubiera gustado ver a Novick y al “Lolo” en cancha, parece mentira que los tengan a disposición y no jueguen.
Si no jugaron este clásico, seguramente no jueguen en todo el año ninguno de los dos.
Hay también técnicos que trasladan mucho a sus jugadores, que su propia personalidad, impulsa y motiva.
Forlán no, su hermano menos; es su estilo, pero no es el estilo de Peñarol.
No tengo dudas de que Forlán tiene poca vida en Peñarol, no es un Técnico para los aurinegros.
Muchos comentaristas deportivos, vieron a Pellistri como el Desnivelante, yo vi a “El Cebolla” con toda su experiencia mandar en la cancha.
Hablando de Pellistri, si bien es un chico muy joven, con unas condiciones fantásticas, el técnico lo manda al matadero en la posición que lo hace jugar, dándole una responsabilidad que no debiera tener.
A ese chico hay que darle libertad, ponerle esa camiseta con ese número histórico en la espalda y mandarlo a la cancha sin darle una sola indicación…
“Vaya y diviértase gurí…”
