Nacional y Peñarol empataron 2 a 2 en el Parque Central y sin hinchada aurinegra.

Peñarol remontó dos veces para ir en pérdida, para lograr un empate que fue festejado por el presidente Ruglio y los jugadores, como un triunfo.

Los que peinamos canas, los que estuvimos en Santiago de Chile en 1966, remontando un 2 a 0 y ganando la Copa Libertadores contra River Plate argentino, no podemos creer lo bajo que hemos caído, festejar un empate ya es muy decadente.

Ruglio eufórico, seguramente pensando en las elecciones, ya que una derrota le podría complicar mucho una reelección.

Los jugadores como si hubieran ganado la libertadores.

Un cuadro con la historia y la gloria de Peñarol festejan un empate, habiendo jugado horrible, es realmente muy deprimente.

Varios jugadores de este plantel, no tendrían que pasar ni por la vereda del Palacio Peñarol, menos aún, ponerse la gloriosa camiseta aurinegra, no tienen condiciones para ello.

Un técnico que no sabe dónde está parado, que vino a aprender a dirigir.

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