El español Xisco Jiménez que no tuvo buen desempeño en Peñarol y de hecho no fue tenido en cuenta por Mario Saralegui, culminó su contrato y se fue a España, pero regresa en estas horas para arreglar para que le rescindan su contrato, que si bien está vencido, la última palabra la tiene el jugador, ya que Peñarol se comprometió a ampliar el contrato hasta el fin del campeonato uruguayo.
Es decir, que Xisco puede simplemente avisar que va a extender su contrato y presentarse a entrenar.
Si bien todo hace suponer que no seguirá a la orden del entrenador de Peñarol, se pretende que una parte del dinero que ganaría por estar hasta la orden hasta el fin del Apertura y las posibles finales del uruguayo, se le pague.
Además, pretende que le paguen la deuda que mantienen con él para firmar y dar fin a su relación laboral con los aurinegros.
Es un claro ejemplo de las cosas mal hechas en Peñarol, haciendo contratos millonarios y jugadores que ya están al final de su carrera.
¿Quién lo contrató?
¿Quién lo recomendó?
Lo cierto es que esta gran contratación le costó a Peñarol más de medio millón de dólares y el resultado deportivo casi casi, nulo.