Al inicio de la pandemia fue un tema que estuvo en la agenda política y periodística.

Luego ya no se habló más, porque el presidente Lacalle Pou en una de sus tantas conferencias, dijo que “la vacuna no será obligatoria”.

Allí hubo una especia de “afloje” en los reclamos de mucha gente que temía obliguen a vacunarse.

Vida

Pero, como dice el viejo dicho, “Hecha la ley, hecha la trampa”; así fue que poco a poco se comenzó a hablar de un certificado, luego de un pasaporte y ahora certificado digital.

¿De qué se trata?

Simplemente de probar que fuiste vacunado.

Entonces, comienzan las limitaciones de todo tipo, si no te vacunaste.

Y entonces pasamos a intentar conocer que limitaciones puedes sufrir si resolviste no vacunarte contra el Covid 19.

La primera sorpresa, es conocer que ni sueñes con subirte a un avión, un barco o un tren internacional si no muestras el certificado digital.

Esta limitación ya es dramática para millones de personas en el mundo, que de viajar depende no solo su trabajo, sino su sustento.

Todos aquellos que trabajan en el exterior, que son importadores, exportadores, funcionarios de compañías navieras o aéreas; si no se vacunan, simplemente pierden sus trabajos.

Pero, ahora vamos conociendo que habrá limitaciones mayúsculas y numerosas en todo sentidos.

Restaurantes, cines, partidos de fútbol, espectáculos públicos, boliches bailables y todo tipo de espectáculos públicos o comerciales pedirán para su ingreso el certificado digital.

También los transportes públicos se encaminan a ese mismo requisito, lo que hace, claramente que vacunarse es obligatorio.

Esto ocurre a nivel mundial, no es algo de solamente Uruguay, de ninguna manera, es una estrategia corporativa de todos los gobiernos del mundo.

No tenemos la menor duda, que va a traer graves problemas sociales de todo tipo.

Habrá muchos uruguayos que se van a negar a vacunarse, y también se van a negar a cumplir los requisitos, con un reproche de su libertad individual.

También llegarán a la justicia muchos de estos reclamos, por lo que estemos preparados a enfrentar conflictos muy serios que se avecinan.

¿No hubiera sido mejor decretar la obligatoriedad?